El término Feminicidio
surge como rechazo a los argumentos que tienden a justificar estos crímenes, y
cuando les hablo de crímenes no es de asociarlos a la última instancia, que son
los homicidios, NO, porque cualquier tipo de violencia física contra nosotras
las mujeres y que comprometa su integridad moral, es Feminicidio. La mujer en
cualquier escenario, es un sujeto vulnerable, por los marcados estereotipos que
se crean de ser UN SEXO DÉBIL.
En todos los contextos,
unos más férreos que otros, como por ejemplo, los conflictos bélicos, la mujer,
se convierte en una "dependiente para poder sobrevivir", Porque la
discriminación y la violencia de género no son un elemento accidental en un
conflicto, sino que están impregnadas en su funcionamiento.
El Feminicidio se adecua
en una violencia social en contra de las mujeres, en la colectividad se
acepta que exista violencia en contra de la población femenina; la sociedad
IGNORA, SILENCIA, INVISIBILIZA Y DESVALORIZA.
De acuerdo a lo anterior,
son crímenes de odio basados en la discriminación debido al sexo, es una clara
aversión a las mujeres; y la misma forma como está organizada la sociedad
conlleva a una lamentable consecuencia, LA IMPUNIDAD. Pero la impunidad no es
por el silencio de nosotras las mujeres; entonces, cual es la razón? la
justificación es sencilla, tenemos un Estado ausente o parcialmente presente,
que no da garantías reales, no fortalece condiciones seguras para las mujeres,
tiene un sistema de atención que no es efectivo y no se empeña en Prevenir,
Evitar y Sancionar.
El feminicidio es un crimen que afecta únicamente
la vida de las mujeres de todo el mundo; nuevo término que está buscando un
lugar en el discurso criminalística y busca a su vez visualizar una situación
de violencia sistemática y silenciada por muchos siglos por la indiferencia y
tolerancia social. El feminicidio, es una categoría que debe abordarse como una
modalidad de violencia directa hacia las mujeres, como una alternativa a la
neutralidad del término homicidio visibilizando un trasfondo no reconocido: la
misoginia en la muerte diaria de mujeres. Es un problema social, político,
cultural y es un problema de Estado.
El feminicidio es
el genocidio contra mujeres y sucede cuando las condiciones
históricas generan prácticas sociales que permiten atentados contra la
integridad, la salud, las libertades y la vida de las mujeres. En
el feminicidio concurren en tiempo y espacio, daños contra mujeres
realizados por conocidos y desconocidos, por violentos, violadores y asesinos
individuales y grupales, ocasionales o profesionales, que conducen a la muerte
cruel de algunas de las víctimas. No todos los crímenes son concertados o
realizados por asesinos seriales: los hay seriales e individuales, algunos son
cometidos por conocidos: parejas, parientes, novios, esposos, acompañantes,
familiares, visitas, colegas y compañeros de trabajo; también son perpetrados
por desconocidos y anónimos, y por grupos mafiosos de delincuentes ligados a
modos de vida violentos y criminales. Sin embargo, todos tienen en común que
las mujeres son usables, prescindibles, maltratables y deshechables. Y, desde
luego, todos coinciden en su infinita crueldad y son, de hecho, crímenes de
odio contra las mujeres.
El feminicidio muestra el real contexto de
violencia y discriminación hacia la mujer; de este modo se convierte en uno de
los principales problemas sociales que tenemos que enfrentar, pues es evidente
que las construcciones sociales de nuestra sociedad toleran la violencia basada
en la discriminación de género.
Por otro lado, es fundamental señalar que las
organizaciones del Estado y de la sociedad civil deben promover estrategias
para prevenir y enfrentar casos de feminicidio en el país, pues son delitos de
lesa humanidad cotidianamente vividos por las mujeres. Se debe exigir a las autoridades
la investigación exhaustiva de los hechos y la aplicación de justicia a los
responsables. Lo más alarmante de esta situación es encontrar en los datos que
los principales agresores forman parte del mundo social más cercano de la víctima;
es decir con quienes convive cotidianamente e incluso forman parte de su
entorno afectivo.
Esta
situación es alarmante pues nos muestra que los espacios físicos y sociales
considerados como garantes de seguridad no lo son en realidad; y que
paradójicamente pueden degenerar en espacios de sumo peligro para las mujeres
ante situaciones de crisis en el imaginario masculino, ello nos lo demuestra el
primer cuadro el cual establece claramente los motivos de la violencia según
manifestación de los agresores: negación sexual, celos, infidelidad,
satisfacción sexual y negación a pedido*. Las razones manifestadas por los agresores
nos muestran un claro contexto de oposición a la autodeterminación femenina.
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